Lleva una pulsera de hilos y lo que le sobra del cinturón doblado. Es periodista, aunque más bien hace reporterismo porque “es la esencia del periodismo”, afirma. También se considera escritor. “El periodismo es literatura de observación”, dice convencido.
Plàcid García-Planas tiene casi 50 años y su trayectoria se ha nutrido básicamente de conflictos armados. Estuvo en la guerra del Golfo, Irán, Afganistán, Líbano, Bosnia, en los disturbios de Londres y París en 2005, donde afirma que hasta ese año, “nunca había cubierto un país civilizado”. Aunque admite que la peor guerra que ha tenido ha sido en Sabadell, su ciudad natal. “La casa de mis abuelos estaba vacía y cuando la fui a rehabilitar había ocupas”, comenta. Fue allí el único sitio del mundo en el que se sintió amenazado, ya que había pintadas con su nombre al lado de una horca dibujada.
Quería ser arquitecto pero los números no eran lo suyo, así que optó por una carrera “fácil”, como él mismo la define. Se licenció en la universidad de Navarra y en 1988 entró en la redacción de internacional de ‘La Vanguardia’. Con una sonrisa y orgulloso de su pasado, Plàcid recuerda que, de repente, estaba “con una libreta y la soledad” en medio de una guerra, la de Irán, su primer destino
En todas esas batallas ha visto varios muertos y cree que “un cadáver es una oportunidad… para reflexionar”, dice mientras recuerda el cuerpo degollado de uno de los pilotos de Gadafi.
Aunque siempre va acompañado de un fotógrafo, cree más en el texto que en la imagen. “El texto tiene una capacidad de movimiento brutal”, admite.
Su particularidad al escribir es el uso de la primera persona, forma gramatical que detestan muchos medios. “No voy a arriesgar mi vida y no mi crónica”, justifica Plàcid.
Aunque admite que internet proporciona numerosas herramientas para expresarse, reprocha que “la gente no se para a pensar en lo que expresa”. Por eso cree en el papel, además de porque “con el iPod no nos podemos limpiar el culo”, bromea el catalán.
Amante nato del periodismo, ahora cree en la gente que estudia esa profesión. “Vosotros sois el futuro”, dice dirigiéndose a la nueva generación con una mirada esperanzadora. Confiesa que le molesta que “el periodista clásico ningunée al que llega”, por eso quiere transmitir al máximo todo lo que ha aprendido en sus dos décadas de trabajo.
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Aída Quinatoa lleva 12 años en España. Su apellido pone de manifiesto que no tiene orígenes españoles, aunque habla el idioma. Nació en la comunidad Santa Teresita, perteneciente al cantón de Chillanes, que se encuentra en Guaranda, provincia de Bolívar, Ecuador.
Por las mañanas es auxiliar a domicilio (cuida ancianos, no limpia), y por las tardes prefiere dedicar su rico tiempo, como ella misma lo define, a ayudar a los demás. “Podría estar haciendo dinero, pero prefiero ayudar a otros”, se enorgullece. Por eso es la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) desde abril. Pero, desde hace cuatro años lucha en contra de las hipotecas basura desde una plataforma de inmigrantes a raíz de que la inmobiliaria ‘Central Hipotecaria del Inmigrante’ supuestamente les estafara.
Hace unos años compró un piso de protección oficial. A la hora de firmar los papeles y dar el dinero de la entrada, las características del piso habían cambiado. Ahora ya no era nuevo, sino que se trataba de un viejo habitáculo donde la cocina, salón, baño y dos habitaciones se hacían un hueco en los 40 metros cuadrados de superficie. Si rechazaba el piso se quedaba sin el dinero de la entrada y con una deuda de 20.000 euros en concepto de trámites. “Nos mintieron, nos engañaron”, se queja Aída. Ahora, ese piso situado en el distrito de San Blas es suyo y, es allí donde vive con su marido y su hermana, todos ellos ecuatorianos.
El número indefinido de inmigrantes a los que el dueño de la inmobiliaria, ahora ya desaparecida, supuestamente estafó, se encuentran en juicio contra él y fue el 3 de diciembre del año pasado cuando le detuvo la policía.
En la PAH, Aída está muy contenta entre las casi 500 personas que la forman. Ha acudido ya a 5 desahucios. Aunque la asesoría jurídica y el apoyo psicológico de la plataforma se encuentra en la calle Hermanos García Noblejas 41, cada martes acude a las reuniones que se llevan a cabo en la calle Bocángel número 2.
Para que Aída y sus compañeros puedan acudir a paralizar un desahucio, la persona en cuestión tiene que acudir a una de esas reuniones para exponer su problema. Una vez expuesto, los miembros lo estudian y, tras pasar una serie de requisitos como acudir a paralizar otros desahucios o participar en la organización de la plataforma, acuden a la ayuda del posible desahuciado.
De esta forma, un martes tratan la asesoría colectiva y al martes siguiente trabajan en grupos. Es ahí donde se reparten los desahucios y las tareas. Unos escriben pancartas, otros son los encargados del megáfono, etc. “Puede ser que haya infiltrados pero yo los veo a todos igual. Si vamos con ese temor no creo que vayamos a ninguna parte”, admite.
Cuando llega el día, quedan en un punto para ir juntos al lugar. Una vez allí, la persona elegida como mediador habla con la policía, banco y juez con la esperanza de que surta efecto. “Nosotros somos pacíficos, luchamos por una causa justa y honesta”, defiende Aída.
La plataforma está compuesta principalmente por víctimas, aunque también cuentan con el apoyo de algunas asociaciones voluntarias o grupos políticos como Izquierda Unida. Aída afirma que ya han parado 30 desahucios, aunque también dice que diariamente se producen 40.
Ella es optimista y cree que, aunque va para largo, todo esto terminará algún día. Ve bastante fuerza sobretodo a raíz del 15-M. “Estoy emocionada porque esto ha dado la vuelta al mundo. Lo más grande es que nos apoyen, que estén con nosotros. Juntos podemos”, declara.
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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, inauguró este viernes la biblioteca ‘Lope de Vega’ de Tres Cantos.
Aguirre hizo un recorrido por la biblioteca acompañada por el alcalde de la ciudad, José Folgado, y la directora del centro, Rebeca Molla, quien hizo de guía.
La presidenta se quedó fascinada al entrar en el edificio. “¡Qué barbaridad, qué bonita!”, comentó, al mismo tiempo que la definía como un proyecto luminoso, acogedor, cálido y moderno.
Aguirre admitió que la creación de centros como este son “un paso muy importante en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos porque pone a su disposición una de las claves del progreso y de la defensa de la libertad”. La presidenta de la Comunidad de Madrid dijo que la lectura es fundamental para fomentar “el espíritu crítico” y para “avanzar y construir sociedades” en las que se puedan desarrollar nuestras iniciativas.
Folgado dijo que la nueva biblioteca “representa un equipamiento muy demandado, dadas las carencias de la antigua biblioteca” ya que, entre otros aspectos, carecía de una sala de estudios como tal. El alcalde considera que “no solo es un lugar de estudio para los jóvenes sino también un lugar de aprendizaje y entretenimiento para los más pequeños”.
La biblioteca tiene alrededor de 4.200 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. En ellas se albergan una sala de estudio con 100 puestos, una biblioteca de adultos y otra de niños con un total de 288 puestos de lectura, una zona de exposiciones, un salón de actos y 30 plazas con pantalla de ordenador. La biblioteca tiene capacidad para 80.000 volúmenes, aunque en estos momentos la cifra se sitúa muy por debajo, siendo el total de 38.442, de los que 27.843 son libros.
Además, se ha diseñado de tal manera que se pueda ampliar en la segunda planta cuando la ciudad llegue a los 60.000 habitantes. Actualmente, Tres Cantos tiene cerca de 42.000 vecinos. “Se ha hecho pensando en los ciudadanos de Tres Cantos y no en las revistas de arquitectura”, declaró la presidenta.
Aunque no está cerca del Ayuntamiento, como la antigua biblioteca, Folgado recuerda que su ubicación es estratégica porque se encuentra junto a dos colegios, un instituto y varias instalaciones deportivas.
Jesús Ruipérez es uno de los arquitectos del proyecto, que se ha llevado a cabo gracias al Plan Regional de Inversiones y Servicios de Madrid (PRISMA) 2008-2011 por el que se han destinado 700 millones de euros a la construcción de infraestructuras de los municipios de la Comunidad de Madrid.
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Tan sólo está a 28 kilómetros del centro de la frenética Madrid, pero su ambiente pausado y atmósfera sana crean una barrera entre ambas localidades.
Quizás porque se encuentra enclavado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, y es una de las ciudades con más árboles por habitante. Como una forma de combatir la sobreexplotación demográfica de la capital nació Tres Cantos en 1960. Pero sólo como proyecto. Tuvieron que pasar 16 años para que se pusiera la primera piedra. Así se convirtió en el municipio 179º de la Comunidad de Madrid. Estuvo varios años despoblado hasta que, en 1982, llegaron las primeras familias a la ciudad más joven de toda la región.
Antonio Rodrigo, vendedor de prensa
Uno de los primeros vecinos fue Antonio Rodrigo, vendedor de prensa. Tiene un quiosco en el sector Oficios, uno de los primeros bloques de la nueva urbe. El habitáculo de 12 metros cuadrados en el que lleva 28 trabajando y viviendo llegó a Tres Cantos dos años antes que él. «Estuvo dos años cerrado porque no habían terminado las viviendas y no había habitantes», confiesa.
Ahora Tres Cantos suma 41.065 habitantes pero, en sus comienzos, no había casi nada. «El sector Literatos se había paralizado por un desfalco (apropiación indebida de bienes o dinero). Había muy poca gente. El primer día se vendió un Ya [periódico desaparecido] por la mañana y un cuento por la tarde», recuerda Antonio. «Antes se llevaba más en familia porque éramos menos y ahora, con los tiempos que corren, se ha ido enfriando todo y la gente va a su rollo. Esto se ha convertido en una ciudad dormitorio».
Tres Cantos era nuevo, pero no independiente. Hasta el 21 de marzo de 1991, fecha en la que se independizó, pertenecía a la vecina Colmenar Viejo. En ese mismo año se celebraron las primeras elecciones municipales y Antonio Osuna, de Tres Cantos Unido (TCU), se hizo con la alcaldía. Obtuvo el obtener el 80% de los votos. «Fue una satisfacción votar porque siempre se había querido independizar», comenta Antonio. El quiosquero cree que Osuna «fue un buen alcalde y una buena persona».
La ciudad más joven
Además de ser la ciudad más joven por el año en que fue construida, también lo es por su población. La edad media de los tricantinos es de 32 años y el 30% de sus habitantes son menores de 15, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2010. Su tasa de natalidad, del 16,1%, es muy alta comparada con del resto de municipios de España (10%). El 60,1% de la población tiene estudios universitarios, lo que hace la sitúa muy por encima del nivel medio de la Comunidad de Madrid, que es del 20,1%.
A pesar de que hay nueve colegios públicos, dos concertados y dos privados, «»endrían que poner más centros públicos y menos privados. Además solo hay tres institutos«, se queja María Jiménez, vecina y estudiante de Odontología. «Hay muchos niños y pocos profesores y con esto de las huelgas faltan mucho a clase y no ponen interés. En la clase de primero de bachillerato de mi hermana son 55 alumnos», dice. «Sólo se preocupan por la selectividad», se escucha de fondo la voz de Ana Jiménez, hermana pequeña de María. Lo que sin embargo sí le parece bien a María es que siete de los nueve colegios públicos son bilingües, además de los institutos. Esto se traduce a un 80% de enseñanza bilingüe frente al 30% de la Comunidad de Madrid. Esta circunstancia se complementa con la Escuela Oficial de Idiomas, que lleva 7 años funcionando en el instituto Pintor Antonio López y ofrece clases de inglés, francés y alemán.
Con respecto a las actividades extraescolares hay varias opciones. Una de ellas es la Casa de la Juventud, donde María empezó a bailar danza del vientre hace cuatro años. «Me apunté porque estaba bien de precio y me gustaba», admite. Pero este año ya será el último para ella. «Los últimos tres años hemos tenido profesoras muy buenas y este año por la crisis la profesora no daba la talla. Como nos hemos quejado la han quitado y ya no hay nivel avanzado», se lamenta María. La joven tiene más oportunidades en las academias privadas, pero el precio mensual «puede ser de 30 o 40 euros mientras que en la Casa de la Juventud son 45 euros tres meses».
Aparte de bailar, María canta en el coro de la Escuela Municipal de Música: «Llevo ahí desde los 9 años y siempre he estado muy contenta. Pero ahora cuando llevas unos 10 años con un instrumento te echan», se queja .
Aunque el centro comercial ‘Ciudad de Tres Cantos‘ cuenta con un cine de 7 salas, una bolera y diversas tiendas comerciales, además del supermercado Carrefour, María echa de menos «un centro comercial con más tiendas de todo tipo, recreativos porque la bolera es muy pequeña, cines más grandes, etcétera». Ella piensa que Tres Cantos «no tiene gran cosa para la gente joven».
Su visión se contrapone con la de Antonio Rodrigo: «Como ciudad le falta el pequeño comercio, porque las grandes superficies nos han comido lo poco que había de amistad y ahora la gente se mete en un centro comercial y se olvida de todo», reprocha.
Su parte natural
Parque Central
Una de las medidas adoptadas por el alcalde José Folgado durante su mandato fue mejorar las zonas verdes y el urbanismo. El Parque Central, con un lago artificial de una superficie superior a la del estanque de El Retiro, se ha extendido hasta cubrir los 6 kilómetros cuadrados. Además, en 2011 se culminó la construcción del carril bici, que recorre Tres Cantos y tiene 8 kilómetros de longitud. María no está de acuerdo con estas gastos: «Ha invertido mucho dinero en eso y creo que se necesitan mejorar otras cosas como las escuelas públicas o el ocio juvenil. Se preocupa demasiado por adornar la ciudad y poco por la gente joven» .
Aunque parte de los tricantinos se manifestaron en contra, desde hace varios años se habla de la construcción de un campo de golf que tendría 18 hoyos más 9 de prácticas con motivo del campeonato Ryder Cup 2018.
Tres Cantos está considerado un municipio símbolo de la nueva industria. En el municipio hay más de 2.000 empresas registradas. Hay tres zonas que se sitúan en los vértices de un triángulo. En uno de ellos está la zona industrial, donde conviven grandes empresas como Danone o Nivea. Más alejado, casi opuesto, se levanta el Parque Tecnológico de Madrid (PTM), con 275.000 metros cuadrados de superficie y 80 compañías. Y por último el Parque Empresarial Euronova, cercano a la estación.
Aparte de Prisa TV (antiguos estudios de televisión de Sogecable), está prevista la construcción en Tres Cantos de ‘la ciudad de la tele’, que contará con 20.000 metros cuadrados y dará trabajo a unas 500 personas.
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